Para mejorar las cosas hay que tenerlos bien puestos, atreverse, sin más, a que las cosas estén bien aunque hayas buscado una nota de sobresaliente. Tomar de una puta vez, una decisión que intente cambiar el curso de los acontecimientos. Que políticos y periodistas dejen de decir que los negros que vienen en cayucos son "seres humanos" como nosotros, estoy hasta la narices de oír eso. Son mucho más que eso, son mi familia, son gente de mi tierra, son mis seres queridos derramando mi sangre en el mar, son mi gente; desesperados por abrazarnos y darnos las gracias por salvarles la vida.
Quiero ser ingenuo y pensar que el dinero dado a las ONGs va a parar a donde debe ir. Vale, vamos a dar dinero a las ONGs, de acuerdo, que haga esa gente lo que pueda para paliar hambrunas y desastres. Así años y años... sin llegar a solucionar nada sino cuestiones aisladas, sigue y seguirá habiendo hambruna y una esperanza de vida que no supera los 40 años en algunos casos. Con esto no hay resultados, no se ve nada positivo, no hay avances, las cosas no mejoran para los millones de africanos sumidos en la podredumbre más absoluta, todo ello pese a los loables pero insuficientes intentos del personal solidario.
La obsesión de todos, el objetivo que debemos tener todos, es que los africanos, subsaharianos o no, vivan por lo menos la mitad de bien que un europeo; así es como debe ser y no hay más que hablar. Dejarnos de una maldita vez de dar limosnas, para que coman pan hoy y joderse el resto de sus vidas.
Dejemos las quejas amargas a un lado y busquemos soluciones. Hagamos un ejercicio de imaginación, supongamos que por un rejo del diablo, a Paulino Rivero le da por hacer más disparates de los que ya hace y decide, que la tortura es magnífica para que su nueva policía autonómica, obtenga información. Va, y por la cara, pensando en una Canarias Grande y Libre, implanta la pena de muerte para todo aquél que no vaya al Sauzal a comer pescadito fresco, y que todas las vírgenes casaderas sean beneficiadas por los miembros del gobierno antes de entregarse al matrimonio. O sea, Canarias pasa a ser algo así como Zimbawe, Etiopía, Eritrea... etc.
Lo normal en estas circunstancias es que, como Paulino se vuelve muy tozudo, España entre con su ejército pa cortarle el lote, instaurar la norma constitucional y darle una patada en el culo a Paulino y a toda su policía autonómica. ¡Y PUNTO!.
Vale, ahora supongamos que esa África que pasa hambrunas, esa población que no tiene más que miseria para llevarse a la boca, es gobernada por muchos Paulinos con esa vena dictatorial. Pido otro esfuerzo más, ahora imaginemos que los africanos, pertenecen a nuestro país; y un último esfuerzo, imaginemos que los africanos sean parte de nuestra propia familia, que sean hijos, padres, tíos, hermanos... es una gran putada las fronteras y más putada ser extranjero toda la vida.
Venga, ánimo, vamos a la conquista con la bandera de los derechos humanos, vamos a dejarnos de estúpidas codicias y hacer todo por la pasta. Hagamos que vivan una vida vivible con nuestras normas que funcionan, todas ellas adaptadas a sus costumbres y a sus identidades.